jueves, junio 29, 2006


Entre tus piernas y el frìo de la noche
mi cabeza descansa en una paz inmortal
en el regazo de tu abrazo me vuelco
mientras tu cuerpo pregunta por el que vendrà.
Las letras se plasman inundadas de tedio
temblorosas se escrìben en un mismo renglòn
las làgrimas ruedan mojando la hoja
de un llanto que no es mìo, ni tuyo, que es de Dios.

Utopìas


Abre las piernas mujer amaestrada
suèltate el pelo sobre el fogòn
mi hoguera no espera la paz de tu cuerpo
quiere ferviente tu sexo y tu amor.
Llena esta noche de instantes celestes
cautiva mi alma con tu candòr
quiero ser yo quien llene la herida
que llevas por sello del barro de Dios.

Algo de mi Padre, mi Abuelo, mi Viejo...


Resulta ser que yo
no tengo adrenalina en las venas
y tal vez por eso mismo
se multiplican mis penas.
Detesto usar la violencia
ni la propia, ni la ajena
y asì mi vida està llena
de odios que no propiciè,
de amores que no fingì,
de engaños que padecì
y dudas que no aclarè...

MAP 2001.

viernes, junio 23, 2006

Adiòs


No es preciso decirte que te quiero
y hundirme en este fango que arrebata
las ganas insaciables de tocar
el fino terciopelo de tu espalda.

No es que quiera vivir en tu recuerdo
cuando la noche falte en la morada
y si no soy presente en este cuento
mis versos lo seràn cuando me vaya.

Cuando llegue el ocaso de este encuentro
y nuestras miradas dejen de buscarse
seremos sombras y no cuerpos
difuminadas con la luz de la mañana.

jueves, junio 22, 2006

La noche de un viejo...


A esta edad la muerte llega sin arrepentimientos, sin sustos ni sorpresas.
Ya en las noches, cuando soy vìctima del sueño y no soporto tener ni un minuto màs los pàrpados abiertos, la siento entrar en mi habitaciòn y acostarse a mi lado, como si le excitara escuchar mi respiraciòn, como si el verme dormido le calmara esa sed que tiene de arrebatar la vida, de dejar a la sombra clavada en la pared desahuciada.
Muchas veces me levanto al filo de la madrugada a esperar y muchas veces, como hoy, sigo esperando que se canse de observarme y me hable, o muestre alguna señal de vida, que ironìa.
Acudo a los libros, que hacen mucho màs corta la espera o a los medicamentos que estàn en mi burò, con la esperanza falsa de tomarme el equivocado o la dòsis incorrecta para de èste modo, retar a mi acompañante nocturna a hacer de las suyas, pero ella ni se mueve, pareciera como si no le importara mi desesperaciòn por morirme, por querer ser su amante inmortal.
Sentado en la orilla de la cama, con la luz encendida, miro a mi alrededor y busco algùn detalle que me remonte a un viejo recuerdo, un aroma, una cara, o algùn desdèn; los labios de las mujeres que he besado, las palmas de las manos que me han abofeteado.
Trato de mantener mi mente ocupada, pero a veces se me acaban los recuerdos y no tengo ya instantes a los cuales recurrir.
Apago la luz, me vuelvo a acostar y me duermo escuchando la respiraciòn de la muerte o la mìa, que a estas alturas es difìcil saber cuàl es cuàl.

miércoles, junio 21, 2006


Ante la ausencia:
el perdòn.
Y no estarìa de màs
sobarse de vez en cuando
el corazòn...

Nada màs


Es mejor escibirte, que llamarte o pensarte.
Si te llamo, puede ser que me digas: no quiero verte.
Si te pienso, puedo caer en una telaraña abismal de mi temible cabeza.
Pero si te escribo, puedo formar versos con tu pelo,
cuentos con tu cuerpo, prosa con tus manos;
tus manos que escriben todo lo que no he escrito en mis dìas de guardar.
Ya ves, es mejor escribirte y tenerte guardada entre papeles con tinta rojinegra,
frases incompletas, versos olvidados y recordarte como el mejor de los poemas.

Te vì


Hoy en la mañana te vì,
tan radiante como el sol que te daba en la cara,
sin decir una palabra, no tuve otro remedio
que llorar y morir.

Suicidio.


Lo tengo decidido èsta noche lo voy a hacer,
nada màs se iràn conmigo las palabras en mi haber,
cortarè todas mis venas con los versos de Guillèn,
me sacare las uñas, me arrancare los ojos con palabras de Baudelaire.
Estoy cansado de ser, de existir y de crecer,
de mostrarme al mundo desnudo y de escribir sin tener para què.
El esperma del poeta fecundò el vientre de la poesìa,
con apellidos brillantes surgiò el que no existìa;
Cèsar vallejo es culpable del suicidio que presenciaràn
como tambièn lo es Lorca, Darìo y Paz, por decirme que existìa la poesìa,
por decirme que existìa el amor, la puta poesìa me uso y el maldito amor me violò.
Me estoy desangrando por dentro y no puedo decifrar el amor,
Urbina y Sabines me hallaron en el punto que les cuento yo,
la poesìa regada en el cuarto y mi cuerpo temblando.....
ya no despertò.

martes, junio 20, 2006

Corazonadas


Es curioso, siempre me habìa dado miedo o yo no sè què, mostrar al mundo las diversas caras del corazòn; estamos, la mayorìa, acostumbrados o educados a seguir ciertos patrones de conducta; mi abuela decìa: "Al lugar que fueres haz lo que vieres", y creo que inconscientemente, lo he llevado al pie de la letra.
El tener este espacio, mi espacio, me ayudarà a fugar esas voces que han sido mudas hasta hoy, y con suerte y contigo amigo lector, le podramos dar luz a este lado oscuro de mi corazòn.
Gracias por ser còmplice en algunos casos, protagònico en otros, o simplemente observador de estos textos, que van tomando forma de cada una de las pulsaciones de este mùsculo visceral.

lunes, junio 19, 2006

Señal



No tengo la màs remota idea de còmo llamar tu atenciòn.
Me rompo, me quiebro, me anìmo y luego te hago una canciòn.
Màs tarde de noche revivimos el amor; me desnudo, te acuestas y te contemplo con pasiòn,
te tragas mi alma y escupes mi corazòn.
Se encienden las velas, flota la cama y mi boca busca tu pezòn.
No es mi fornicio quien quiere llamar tu atenciòn.
No es el sexo como lenguaje corpòreo, no es lo que traigo de seductor.
Soy poeta, no prostituta, por eso escribo con candòr.
No quiero que tengamos sexo, pero sì que mis versos te hagan el amor...